domingo, 4 de abril de 2010

Capitulo 6

Loca e irrevocable


Los siguientes días para Phillipa fueron bastantes tranquilos exteriormente, se dedicaba a estudiar, hablar con sus amigas, cotillear, comer sin ser interrumpida, ir a clase...demasiada normalidad si en tu vida se encuentran los merodeadores.

Eso es lo que le preocupaba en su interior, vale que James estaba más tiempo con Lily,vale que Remus se pasaba el día leyendo, vale que Peter se aburriese a cada momento del día..pero..¿y Black?

Phillipa se reconcomía la cabeza una y otra vez-"¿Por qué lo hará?¿Se habrá enfadado conmigo?¿Y si lo ha hecho, por que será?¿Le habré dicho o hecho algo?"-Pero luego cambiaba totalmente de parecer-"¡Y eso a mi que diablos me importa!¡Por Merlín, es Black, que se pudra en el infierno si pasa de mi!"-los siguientes quince o veinte minutos el tema pasaba a un último plano; pero transcurrido ese tiempo la historia se repetía-"¿Le habrá pasado algo?¿Por qué lo hará?..."

-¡Vale ya, ya esta bien!-masculló Phillipa con un golpe en la mesa de la biblioteca, cansada de que en cinco días Black no le hubiese dirigido la palabra-¿Te he hecho algo para que te enfadases conmigo?-preguntó elevando el tono de voz-Porque, que yo sepa, no he hecho nada malo, ¡al contrario que tu! Así que,¡por Merlín! dame una buena razón por la cual no me hables...

-¡Shhh, señorita Michiggan!¡Hágase el favor de callarse, si no me veré obligada a echarla de la biblioteca!-le llamó la atención la señora Pince.

-Lo siento señora Pince-se disculpó Phillipa-A sido sin querer.

Phillipa observo como la bibliotecaria la miraba de reojo, fruncía el ceño, y volvia a su mesa.

Al girarse se sorprendió de ver a Black sonriendo como un granjero que sabe que le ha tocado la lotería.

-Me sorprende saber que tenía razón-musitó-Philly, creo haber ganado un apuesta.

Phillipa lo miró extrañada, cinco días sin hablarse,¿y lo único que se le ocurría decirle de sopetón era aquello?

-Que yo entienda, ¿contra quién has apostado?-decidió empezar Phillipa por camino seguro.

-Abre el libro para disimular-le indicó Sirius, puesto que la señora Pince se había vuelto a levantar de su butaca, y los miraba de reojo mientras ordenaba unos libros, Phillipa se sentó en frente de Sirius he hizo lo que le había dicho-Contra mi mismo, mi conciencia y derivantes.

Aquella respuesta la tomó por sorpresa.

-¿Y qué habías apostado si puede saberse?-inquirió mientras pasaba algunas páginas del libro.

-Que estas tan total e irremediablemente loca por mi que no eres capaz de soportar estar varios días sin que te dirija la palabra.

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En otro punto del flamante y glorioso castillo de Hogwarts, una resuelta pelirroja descansaba tumbada en los jardines tomando los últimos rayos de sol del otoño.

James volvía de uno de los primeros entrenamientos de la temporada de quidditch, lucía con orgullo la insignia de capitán y arrastraba los pies por el cansancio, pero al ver a Lily allí tumbada, renovó fuerzas y se montó en su escoba.

Se sintió elevar y se acercó lentamente a ella. Justo cuando estaba encima, la observó respirar. Tenía los ojos cerrados y el pelo expandido por la mullida hierba, sonreía débilmente.

-"Realmente me la merecería"-pensaba James-"Puede que algo tan hermoso como ella no esté hecho para mí"

Comprobó que las piernas estaban bien sujetas y giró ciento ochenta grados, quedándose boca abajo.

Rompiendo algo triste aquella tranquilidad, la llamo suavemente, como el viento acaricia una flor, por su nombre.

-Lily.

Lily abrió los ojos lentamente, y se encontró a James boca abajo. Sonrió por la rara situación.

Se incorporó a la vez que James volvía a estar boca arriba.

-James, me tapas el sol-le dijo al no sentir los calentitos rayos contra su piel.

El bufó.

-¿A esto le llamas sol?-Lily asintió.

-Si. Es un gran astro, la estrella más cercana a la Tierra, y alrededor de la cual nuestro planeta gira.-recitó acordándose de sus clases de primaria en colegios ingleses.

-Palabrería muggle-dijo sin tapujos-Ven conmigo y disfruta del verdadero sol.

Lily observó un tanto asustada la mano de James, se mordió el labio y lo miró a los ojos.

Seguridad. Aquellos ojos le reflejaron aquella palabra en esos instantes.

No quiso pensarlo, pues sabía que si lo hacía su avispada razón no la dejaría continuar con aquella locura, agarró la mano de James.

Este la subió con facilidad a la escoba, tras él,comprobó por primera vez en su vida que todo estaba correcto y se elevó al cielo.

Asustada, Lily se abrazó fuertemente al torso de James.

-¡Dios ,Dios , Dios!¡Si me salvas de esta te juro que iré a la Iglesia en cuanto salga de Hogwarts!-Lily empezaba a asustarse realmente, puesto que James no paraba de acelerar, frenar y dar giros de campana-¡James!¡Para ya!

James rio.

-Ya estamos cerca-le dijo.

(* * *)

-Lily.

-¿Si?-respondió ella con los ojos cerrados.

-Abre los ojos, ya hemos llegado.

Lily hizo lo que James le mando.

-El ha merecido la pena ¿eh, Evans?

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Remus marco la página con un simple hechizo y cerró el libro.

Respiró el tranquilo aire de los jardines en aquella tarde otoñal y se dedicó a observar a los otros alumnos.Dos chicos de segundo se reían de un tercero que salía empapado del lago y unas chicas de sexto...

-Hola-susurró sensualmente una dulce voz a sus espaldas.

Remus se giro y vio a Juliet Truscot en el mismo árbol en el que el estaba sentado contra. Se fijo que, como siempre que no la veían los profesores, iba con la falda acortada mediante magia y la camisa casi totalmente abierta.

-Hola ¿qué te trae por aquí?

-No lo se..supongo que alguien ¿no?-dijo colocándose frente a él, o eso es lo que le pareció a Remus hasta que se sentó en sus piernas.

-¿Quién te trae por aquí?-pregunto observando las torneadas y perfectas piernas de Juliet.

-¡Y yo pensaba que eras el más inteligente de los Merodeadores!-susurró abrazándose a su cuello y colocando las manos de Remus alrededor de su cintura.

Remus había mandado a quien sabe donde su interés por el resto de los alumnos que se encontraban cerca de ellos. Solo veía y pensaba en los ojos de gata que ahora tenía tan cerca suya.

-Déjame pensar...¿yo?-pregunto empezando a sentirse terriblemente a gusto en aquella situación.

-¡Bingo!-musitó casi en un suspiro Juliet antes de besarlo sin reparos.

(* * *)

Cuando Remus ,más contento que de costumbre y con una flamante sonrisa en su rostro cansado, volvió a la Sala Común ya era bastante tarde y lo que se encontró al entrar en ella fue algo bastante inusual.

-¡Estúpido, como se te ocurrió pensar eso cabeza de chorlito!

-¡No solo lo pienso, sino que es una realidad! ¡Estas loca por mi Philly!

Aquello dejó a Moony algo atontado, Sirius y Phillipa se encontraban a sendos puntos opuestos de la Sala Común y se gritaban el uno al otro.

-¡Sigue soñando Black!...

James apareció a su lado con cara de enfado.

-¿Qué pasa aquí Prongs..?-no pudo terminar de hacer la pregunta pues su amigo le interrumpió.

-¿Dónde has estado todo este tiempo Moony?Han estado discutiendo desde hace bastante y sabes que eres el único que los puede hacer razonar...

-¡¿No eres el ombligo del mundo sabes?!

-¡Por lo menos tengo la cabeza en el!

Remus se dio cuenta de que era el momento, así que dejo a un lado a James y se metió de lleno en la tierra hostil.

-A ver chicos,¿que ha pasado aqui..?-nuevamente fue interrumpido, esta vez por Phill.

-¡Pues que este ser de aquí, que a saber de que galaxia a venido, dice que estoy loca por él!

-Total e irrevocablemente-preciso Padfoot.

-¿Y eso es..?-inquirió el hombre lobo.

-¡Mentira!

-¡Pero si es..!

-¡Tu calla cerebro de sapo!

-¡Eso!¡Cállate Sirius!

-¿La apoyas a ella?-protestó Sirius.

-¡No!¡Por Merlin!¡Callaos los dos!-Remus ya se había cansado de tanta interrupción, así que decidió tomar las riendas de la situación-El asunto acaba así:Sirius, hay muchas chicas locas por ti; Phillipa tu no eres una de ellas.¿Bien?

-Bien-aprobó Phillipa en voz alta.

-Bien-la apoyó en voz aún más alta.

-Bien-gritó Phillipa acercándose un poco a Sirius.

-Bien-gritó su contrincante dando un paso hacia ella.

-¡Bien!...

-¡Oh, Dios mío! ¡Por favor! ¡Parad de una buena vez!

-¡Adiós!-con esa palabra Phill se fue con paso rápido hacía las escaleras, pero justo antes de desaparecer gritó con todas sus fuerzas-¡Bien!

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Phillipa intentaba dormir, pero un cosquilleo en la mano que le colgaba fuera de su cama le hacía cosquillas.

-¿Mmm..?-Phill abrio un ojo-Humm, eres tu Gipsy.

Se levantó pesadamente y cogió a su pequeño gatito entre sus brazos. Luego volvió a su cama y se acurrucó junto a su minino, que le daba pequeños lametones de agradecimiento a su ama.

-Ojalá todo el mundo fuera como tu-suspiró acariciándolo débilmente justo antes de caer dormida.

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