viernes, 5 de marzo de 2010

Capitulo 4

Salir de pociones era ,para algunos, como respirar aire nuevo después de un día bajo tierra, era como cuando te quitas un resfriado en un día de lluvia, respirar un aire tan puro te despejaba la mente, el cerebro y las fosas nasales; y ,luego, al sentir los tímidos rayos de Sol sobre tu piel respiras hondo, conteniendo las ganas de gritarle "¡Hola Mundo!" a todo aquello que te rodea.

Pero salir del aula de Pociones el primer día de curso y después de los recientes acontecimientos , era para aquella chica en concreto algo así como volver a nacer.

Me senté como un muerto cae a su tumba, en un banco del Gran Comedor y dejé caer mi cabeza sobre la mesa.

-Estoy muerta-declaré oficialmente.

-Vamos Phillipa-me animó Natalia- es el primer día de curso.

-Tu no has vivido mi primer día de curso-me justifiqué- es comprensible que no me comprendas, pero con Sirius Black todo ,desgraciadamente ,es posible.

-¿Qué ha hecho está vez?-preguntó-¡No habrá sido para tanto, let it be!

-¡Cómo que let it be!-grazne-¡Por el amor de Los Beatles! ¡Lily, cuéntaselo tú! ¡De mientras yo haré algo útil para el mundo! ¡Me golpeare la cabeza con la mesa hasta que encuentre la forma más bochornosa de matar a Sirius Black!

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-¡No me lo puedo creer, menudo desagradecido!-gruño Natalia con el ceño fruncido-¡Tenías razón! ¡Menudo estúpido!

-¡Podías haberlo dicho cuando empecé a ver borroso, o lo que es lo mismo, cuando empecé a pasar de los treinta golpes contra la mesa!-dije intentando levantarme, pero al ver todo girar y sentirme ir de un lado para otro, cambié de opinión drásticamente-Creo que me quedo sentada.

Los Merodeadores llegaron como siempre, los cuatro juntos, riendo, disfrutando de la vida, de las bromas y de las chicas.

-¿Que hay chicas?-Remus, como siempre, el más caballeroso.

-¿Lily?-James, como siempre a lo suyo.

-Hola-aunque salude Peter siempre esta feliz en su particular burbuja.

-¡Wow!¿Quién te ha puesto la frente roja?-inquirió Sirius.

-La mesa-contestó Nat, puesto que yo estaba algo indispuesta en esos instantes.

-¿La mesa?-rió-Estás de broma, es imposible, a menos claro que alguien la haya embrujado. En ese caso tendría dos opciones, la primera seria enviarle una tarjeta de felicitación que dijera: "¡Funciona, la has hecho callar!" Te adora, Sirius Black. Y la segunda sería ver si me afecta a mi también, en cuyo caso me vería obligado a embrujarlo.

-¿Tu que eres?¿Imbécil?-conseguí decir entre jaqueca y jaqueca.

-Corrijo-añadió-"¡Funciona, la has hecho callar! De momento"Te adora y pide que perfecciones, Sirius Black"

-¡Se ha golpeado la cabeza con la mesa ella misma!-aclaró Lily.

-¿Y por que demonios lo has hecho?-me preguntó directamente.

-Buscaba en mi cabeza alguna forma de matarte-le contesté con la ceja levantada y con una escéptica mirada.

-Una buena forma de pasar el tiempo-observó Remus.

-Exacto, buena...pero inútil.

Sirius concluyó la conversación con aquella frase antes de empezar a comer como un poseso.

-Vale masticar-dijo Natalia algo sorprendida al ver como engullía las cosas.

Me metí un tenedor lleno de espaguetis con nata y bacón a la boca.

El mareo se me había pasado más o menos, pero prefería no pensar en ello, así que saqué un pergamino ,un botecito de tinta y una pluma de la mochila para escribirle una carta a mis padres.

Extendí el pergamino sobre la mesa y con cuidado de no mancharlo con la comida que nos rodeaba.

Tragué. Volví a liar la pasta en el tenedor y penetró en mi boca.

Empecé a escribir.

"Queridos papá, mamá y Roger:"

"¿Que tal va todo por hay fuera? La verdad, espero que bien. Aquí dentro no hacen más que llenar noticias horrorosas..."

"Pero ya sabéis que si aparece un misteriosa neblina de repente debéis meteros en casa muy rápidamente, y que si veis una una extraña nube verde y negra con forma de calavera encima de una o nuestra casa JAMÁS debéis entrar en ella..."

Mojé la pluma en tinta y aproveché para comer un poco más.

" Si os preguntan si soy vuestra hija negadlo, ni siquiera a gente de fiar..."

Pasando a un ámbito más positivo: ¿Estáis todos bien? ¿Al final os iréis de vacaciones a Puerto Rico? ¡Si vais compradme un recuerdo! ¿Cómo está Roger? Mándale un gran beso de mi parte ,¡como lo quiero!

Cuidaos mucho ¿vale?

Muchos besos

Phillipa

Cerré el bote de tinta y lo guarde en la mochila, al igual que la pluma. Enrollé el pergamino y lo cerré co un hechizo que me había enseñado Nick.

-¡Familiun atette revelium!

Este hechizo hacía que sólo gente de la familia cercana pudiera abrirla, evitando así a los mirones indeseables.

Satisfecha, guarde el pergamino en mi mochila y me volví al plato.

Toda esa pasta era mía, sólo mía

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Aquella tarde en Transformaciones, una de las muchas dudas que a su vez muchos tenían fue resuelta.

-Señorita McGonagall ¿podría usted decirnos el castigo que se le ha impuesto a Severus Snape por el incidente ocurrido?-Nick pronunció aquellas palabras cuidadosamente seleccionadas, cosa que le encantaba a McGonagall, o en otras palabras, palabras por las cuales conseguíamos que el gato maullase. Literalmente.

Ante nuestros ojos un gato con pinta de severo y con unas curiosas marcas alrededor de los ojos se convirtió en su doble humano, véase, Minerva McGonagall.

Frunció el ceño y comprobó que el caballo en miniatura de Martha, una chica de grandes incisivos ,nariz respingona y grandes ojos azules, trotaba sin tropezar, como hacía el de Margot Russell.

-Señor Gegorensie, el señor Snape ha sido a castigado con 2 semanas de trabajos comunitarios mágicos para la escuela pero sin el uso de su varita, por lo tanto las tareas de limpiar los servicios, la sala de trofeos y los calderos de pociones, así como demás tareas asignadas serán realizadas a mano ,o como dicen los muggles con el sudor de su propia frente.Pasando a otro tema...

-Pues espero que sude mucho, no me vendría mal que muriese desidratado-oí como le comentaba James a Sirius.

-¡Pero que dices!-masculló él en voz baja-Yo espero que no sude nada ¡entre su sudor y la grasa de esa cosa negra horrorosa que lleva en la cabeza dejara las cosas más sucias de lo que lo estaban antes de limpiarlas, y lo peor contaminará todo Hogwarts!

James rió, pero calló de repente y bajo en un instante la vista a el libro, se colocó bien las gafas y con una complicada floritura de varita un hermoso caballo a escala pequeña de madera, se convirtió en un caballo de verdad en miniatura que meneo la cola y agito sus crines. Nervioso, corrió al galope por toda la mesa, pero al ver que estaba allí atrapado y nadie le hacía daño, se acercó lentamente a el pergamino usado que Potter llevaba siempre encima y lo mordisqueo. Rápidamente James lo apartó de él y lo colocó encima de su libreta, la cuál también fue mordisqueada por los bordes.

-Bien hecho señor Potter, pero procure que su libreta se conservé el resto del curso-observó la profesora McGonagall-En cuanto a usted señor Black-dijo volviéndose hacia él-No creerá que el señor Snape no me ha informado de que su incidente fue causado por que usted le provocó..-Sirius tragó sonoramente-Es, por cierto, un tema que a usted le causa mucha gracia.-McGonagall sonrió de lado-Por eso le informo de que sesenta puntos serán retirados a Griffyndor y usted tiene un castigo que ya he pensado: deberá recordad cada una de las veces que ha sido castigado por todo el profesorado incluido las veces por el señor Filch, cronológicamente, todas, todas, durante los siete años que lleva en este colegio.

Sirius suspiró aliviado, en un par de clases recuperaría los sesenta puntos perdidos pero seguro que no pensaba lo más mínimo en como recordaría todos y cada uno de esos castigos.

No sabía lo que le esperaba.

Y yo tampoco.

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